Este artículo es un pequeño regalo para Víctor, ya que gracias a él sentí la inspiración de escribirlo. Gracias por
ser buena persona, buen amigo de sus amigos, ejemplo de adolescentes, y gracias
por todo.
“Y si los que mueren…
Han descubierto una verdad…
Una verdad sobre el
amor, sobre la amistad, sobre ellos…
Y nosotros somos
ignorantes
Quizá es ese el
sentido de esta vida, todos somos
Ignorantes que
ignoramos cosas diferentes hasta que desaparecemos…
El conocer la verdad
nos permite marchar…
¿No podría ser así? “
Del libro “Brújulas que buscan
sonrisas perdidas” Albert Espinosa
Vamos caminando por la vida, con nuestras familias, amigos,
relaciones, entorno. Hacemos de nuestra
vida un pasar sin a veces reflexionar en lo más profundo de lo que hacemos y de
lo que somos.
Muchos de nuestros
sufrimientos nos los provocamos nosotros mismos, y también con la gestión de nuestras relaciones.
No nos damos cuenta que hay emociones, como la ira, la
envidia, los celos,… esos rencores que tenemos hacia nuestros semejantes, etc. que
hacen que llevemos unas cargas emocionales muy altas, y que la vida no nos
fluya hacia donde deseamos, o simplemente
hacia ser feliz y estar bien con
nosotros mismos.
De repente, te das cuenta, que todos somos iguales, que cada
uno de nosotros somos como un tetrabrick con alma. Si, un alma igual para cada
uno de nosotros.
Cuando las personas queridas mueren pensamos en esa separación,
desde ese punto dual de la existencia.
Esto nos provoca un sentimiento de dolor infinito, de separación. De nunca más. Pero si vemos la verdad, sabemos
y sentimos que el alma es inmortal. Es la esencia de cada uno de nosotros. Es
esa esencia que ya está unida, que siempre lo ha estado, y siempre lo
estará. La muerte pasa a ser vista desde
otra perspectiva.
Podemos tener esa parte que desde nuestra personalidad provoca sufrimiento. Pero cuando somos
conscientes de esa unión, de la esencia
de la que venimos, de la esencia que somos, de esa comunicación álmica, todo se hace más
suave, más llevadero, porque se siente la verdad, y la unión.
Abre tu corazón, y mira al otro siempre como un alma, tal
como la tuya, háblale, y trátale desde ahí, eso te dará facilidad para que el
respeto y el amor fluyan.
Cuando veas al otro desde la perspectiva de un alma, verás
que aunque ya no esté, por la distancia,
o por la desencarnación, esa alma todavía está ahí. Porque nunca muere, porque
siempre está, y porque siempre están unidas.
Practica ver al otro siempre como la divinidad que es. Como
la misma divinidad que eres tú.
Que es exactamente como tú. Y respétale y ámale como a ti también.
Luego deja fluir, y confía.
Y no olvides nunca que aunque las personas físicamente no estén,
sus almas están a tu lado. Esto te dará mucha paz.
Conchi Romero Medina
Estructura Abierta
Metodología para la Conciencia.
Para ser YO QUIEN SOY, y TÚ, SER QUIEN ERES.
Estructura Abierta
Metodología para la Conciencia.
Para ser YO QUIEN SOY, y TÚ, SER QUIEN ERES.